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jueves, 3 de enero de 2008

LE PRINCE DES POÉTES

Cuando alguien preguntó a Verlaine sobre el simbolismo, éste respondió:


"¿El simbolismo? No sé que será,... tal vez una palabra alemana (...) Lo que sí que sé bien es que cuando sufro, cuando gozo o cuando lloro no se trata de símbolos".


Se aprende con el cuerpo, esta frase de Pierre Bourdieu, puede venir bien para aclarar las intenciones de Paul Verlaine sobre su poesía.

La vida se antepone a la obra, y el personaje acaba de rodillas ante la existencia, abriendo las puertas hacia la autodestrucción, reflejandose esta tendencia en su poesía, clasificandose de maldita, decadente.

Lo cierto sobre el Antiguo Parnasiano, amante de Rimbaud, autor de "Los Poetas Malditos" (1881), es que nadie como él nos muestra la transparencia de los sentimientos, por una muestra de generosidad, ejercicio de exorcismo existencial, vanidad, o ebriedad, todas estas razones caen rendidas ante las palabras honestas de este poeta.




SOÑÉ CONTIGO ESTA NOCHE


Soñé contigo esta noche:

Te desfallecías de mil maneras

Y murmurabas tantas cosas...
Y yo, así como se saborea una fruta

Te besaba con toda la boca

Un poco por todas partes, monte, valle, llanura.

Era de una elasticidad,

De un resorte verdaderamente admirable:

Dios... ¡Qué aliento y qué cintura!


Y tú, querida, por tu parte,

Qué cintura, qué aliento y

Qué elasticidad de gacela...

Al despertar fue, en tus brazos,

Pero más aguda y más perfecta,

¡Exactamente la misma fiesta!