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sábado, 11 de agosto de 2007

DECLARACIÓN DE INTENCIONES.

EMBRIAGAOS

(De "El Spleen de París")
Hay que estar siempre ebrio. Esto es lo único.
Para no sentir el horrible fardo del tiempo que rompe vuestros hombros y os inclina hacia la tierra, hay que emborracharse sin tregua.
¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, como gustéis. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en la escalera de un palacio, o en el borde de un foso, o en la soledad melancólica de vuestro cuarto despertáis ya disminuida o desaparecida la embriaguez, pedidle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es.
Y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, os contestarán: "Es hora de embriagarse.
Para no ser los esclavos martirizados por el tiempo, embriagaos constantemente.
De vino, de poesía o de virtud, como gustéis.

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